jueves, 6 de noviembre de 2008

Décimas por decir

Autor: Agustín D. López G

Décima sentimental

Tus manos pudieran ser

dos ramas con hojas secas,

donde resaltan las pecas

para hacerte envejecer.

Porque el cuerpo empieza a ser

un mural, que el tiempo ha escrito

que advierte desde su rito,

con un lenguaje sin voz

como la risa es la tos,

que se convierte en un grito.

Anuncio para mañana

Voy a hilvanar una idea

para colgar en el viento,

a ver si en algún momento,

pasa alguien que la vea.

No pretendo que la lea,

aquel que nada me aporta,

que no ama, ni soporta

el cambio y si la rutina.

mientras la vida divina,

se hace cada vez más corta.

(1)

Testamento

Voy hacer mi testamento,

porque todo se termina

y mi vida, arena fina,

también se la lleva el viento.

Llega el preciso momento

a rendir cuenta y no hallo,

ni la soga, ni el caballo

de mi pasión desbocada.

Solo guardo tu mirada

hecha luz en cada rayo.

II

Detallo sin precisión

las riquezas que no tuve:

tu cuerpo fugaz de nube,

de relámpago y ciclón,

tus labios color creyón,

como una flor encendida,

dándole luz a mi vida.,

en un derroche de llama

hasta quemar nuestra cama

en fuego que no se olvida.

(2)

Adiós

Cuando dijiste hasta luego,

con un adiós con desgano,

te me rompiste en la mano

como una yema de huevo.

Yo nunca supe del ruego,

de la súplica de un beso.,

ni de promesas, ni rezo

para curarme el olvido

yo solo sé que te has ido

con un adiós sin regreso.

Oficio

Estoy de cuenta propista

haciendo versos de estreno,

y ya tengo un cajón lleno

como aporte decimista.

Tengo en venta una autopista,

de sueño sin pesadilla,

un mar que no tiene orilla,

donde nadie dice adios,

un asiento para dos,

pues tengo solo una silla.

(3)

Infancia

Cuando de niño yo andaba

con un cajón en la espalda

iba subiendo la falda,

de la loma y ya soñaba.

Solo el rocío me daba

malestar por la humedad,

recorría la vecindad,

en mi afán de limpiabotas,

cosiendo esperanzas rotas

soñando con la ciudad.

Ferocidad

Se me soltó el animal

atado en mi corazón

y no pierde la ocasión

para hacerme quedar mal.

Mira que yo era formal,

romántico, soñador…

pero ya perdí el pudor:

Ando con la fiera suelta

y por más que le doy vuelta

siempre se come al amor.

(4)

La Fuga.

De qué modo escapo, huyo,

de estas ansias de poeta,

sin encontrar la receta

que le da luz al cocuyo.

Si dejara de ser tuyo,

porque el destino es travieso

quisiera envolverte un beso,

aunque no tenga papel

en el beso, voy con él,

y me conformo con eso.

Deseos

Como un caballo de luz

que cabalga el horizonte,

quisiera espantar del monte

la oscuridad y la cruz.

Veloz como el avestruz

atravesar el desierto,

para ver si es falso o cierto

el calor que hay en el día

y porqué la geografía

dejó sin agua ese puerto.

(5)

Décima para Kcho.

Me alegró tanto encontrarte

de noche en el Gato Tuerto,

que pude atracar en puerto

el barco que me pintaste.

Allá en Gerona grabaste,

en mi memoria de ayer,

como te miré crecer

bajo el remanso de Marta,

cuando soñabas tu carta

y un barco para volver.

Inventario

Voy hacer el inventario

de todo lo que no tengo

y cuando diga ya vengo,

por sendero imaginario,

piensa en el hombre ordinario,

que anda solo en su destino,

sin nunca perder el tino,

porque tino, nunca tuvo

y botó fuera del cubo

el agua por el camino.

(6)

Añoranza

La jaula que fabriqué

con güín de castilla y coco,

se me pudrió poco a poco

donde siempre la colgué.

Por la puerta se me fue

un azulejo de añil,

tomeguines, casi mil,

todos se fueron volando,

pero nunca supe cuando

voló mi sueño infantil.

II

Quería ser el primero,

el mejor de cada juego,

ser relámpago, ser fuego

y ser también pelotero.

Corría por el potrero,

por aquel potrero ralo,

en mi caballo de palo,

descalzo sin herraduras,

inventando travesuras,

jugando al bueno y al malo.

(7)

III

Por la pendiente me embalo,

conduciendo voy mi guagua:

lomo seco de una yagua,

que por la hierba resbalo.

Con la escopeta de palo,

debajo de la varia,

disparo en mi cacería

a una torcaza que canta,

pero el disparo la espanta

y no ha vuelto todavía.

Pastoreando sueños

En este intento baldío

de hacer versos con palabras,

voy pastoreando las cabras,

idas del rebaño mío.

Persigo en mi desvarío,

hacer realidad un sueño:

sin desmayar el empeño,

afanoso por hallarte,

quiero verte para darte

todo el amor que no enseño.

(8)

Viajero

Solo llevo de equipaje

este corazón maltrecho,

como una visa en mi pecho

sin corbata ni linaje.

Así que pago el pasaje

como un viajero sencillo,

sin dinero en el bolsillo

no me detengo a comprar

artificios de ultramar

con colorines y brillo.

Ida

Ya sé que no habrá regreso

en esta loca estampida,

te me escapas de la vida,

sin un adiós, sin un beso.

No habrá conjuro, ni rezo,

que me consuele al perderte

y si me llega la muerte

a buscarme sin atino,

la aparto de mi camino

hasta volver a tenerte.

(9)

Locura

Voy a morir de locura

recuerdos rotos y sanos,

me voy anudar las manos

al alma de tu cintura,

a ver que tiempo me dura

este consuelo inventado,

con que te traigo a mi lado

en un abrazo sin llave,

para que entiendas la clave

de este encierro sin candado.

Visita

Cada vuelta de regreso

a la tierra de mis padres,

el corazón me lo abres

por la costura de un beso.

No puedo salir ileso

de esta ancestral añoranza,

pues la nostalgia me alcanza

cuando tengo que partir,

como nacer y morir…

en el fiel de una balanza.

(10)

II

Mi memoria se fractura

en astillas de cristal,

me han dicho que sigo mal,

que no voy a tener cura.

Ando de cabeza dura,

dándole al recuerdo brillo

y desandando este trillo,

de regreso hasta la infancia:

Voy acortando distancia

con el alma en el bolsillo.

Décima para ti

En el constante deslave,

de mi corazón volcán,

mis sentimientos están

guardados siempre con llave.

No puedo darte la clave,

porque se me desbaratan

y en remolino desatan

el tornado de este amor.

Mariposa de mi flor.,

solo tus miedos me matan.

(11)

Hijo mío

En mi pecho guardo un trío,

de sangre, pasión y sueño,

delirio donde me empeño

para quererte hijo mío.

Por tu caudal pasa el río

de mi sangre, mi esperanza

y si la vida me alcanza,

espero verte también,

pasajero desde un tren

como interminable danza.

II

Tu madre es como la fianza,

que no acabo de pagar

porque su vientre, fue hogar

materno de tu crianza.

Ya la vida no me alcanza

para pagar tal entrega,

con ella su amor me llega

multiplicado hijo mío

como el espejo de un río

con esa luz que no ciega.

(12)

Homenaje

Estuvo Adolfo Martí:

con versos buscando un punto,

alrededor de un conjunto,

de Fajardo a Naborí.

De modo que llegó ahí,

en un viaje de reencuentro:

puso su nombre en el centro

y en el centro se ha quedado.,

con el verso bien versado

que le brotó desde adentro.

Elogios para Sabina

Dicen que Joaquín Sabina,

le canta tanto al amor,

porque ha sentido ese ardor

pasional que desatina.

Joaquín, a Madrid ilumina

con el fulgor de sus versos.

Luces de sus universos,

van dando luz a los ciegos

amantes, llenos de ruegos

por los caminos dispersos.

(13)

II

Lo acusan por sus excesos:

noctámbulo, empedernido,

españoles que han crecido

sin neuronas en los sesos.

El precipicio de besos

que Joaquín lleva en su boca,

no es el vino que le toca

bebiendo en Antón Martín,

donde Sabina, es Joaquín,

con dos tragos a la roca.

El Ajedrez

En esta sola partida

de ajedrez que nos jugamos,

sin saber nos acercamos

al mate de nuestra vida.

Por suerte con esa ida,

otro comienza a jugar:

tablero para entregar

el talento, la razón

de convertir al peón

en reina por coronar.

(14)

Parisíando

París, lloviznoso invierno

donde el artista te sueña,

incienso de blanda leña

ardiéndome en fuego eterno.

Ese temor frágil, tierno,

se me invierna junto al Sena

cuando la campana suena

anunciando para misa.,

pasan turistas, sin prisa

víspera de noche buena.

Abuelo

Mi abuelo se afeitaba con navaja,

afilada en el cuero de su cinto,

junto al pozo de brocal donde lo pinto,

con la musa nostálgica que baja.

Domingo de reposo, no trabaja

parte a la Valla , con su fino gallo,

el sombrero de pasear, con su caballo

y su ausencia en el pecho se me encaja.

(15)

Sueños

Asomado en el brocal

atento, miraba al fondo,

para verme en el redondo

espejo del manantial.

Ver la blancura de cal,

de las nubes caprichosas

dibujándome las cosas

allá abajo en ese puerto,

donde soñaba despierto

barcos, peces, mariposas…

II

Inevitables ventosas

se prenden en mi recuerdo,

camino donde me pierdo

con el olor de las rosas.

Llegas de pronto, te posas

nostálgica y añorante,

desnuda, digo elegante

musa que viene a buscarme

y con diez versos dejarme

esta zozobra inquietante.

(16)

Tamarindo

Tamarindo, con su calle

divisoria a la mitad,

entró en la modernidad

y ya tiene un nuevo talle.

Se ha extendido por el valle

este pueblo de mi infancia

que me impregno su fragancia

de olores que nunca olvido:

Soy el hijo desprendido

que te añora en la distancia.

Ilusión

Ya que no puedo volar

con las alas de tu amor,

dame al menos el rumor,

el aleteo de tu andar.,

porque te amo y amar,

es darle candela al cielo

convertir en vino el hielo

embriagado de placer

misterio que viene a ser

la sombra de este desvelo.

(17)

Descubrimiento

Cada vez que en el espejo

veo mi rostro en la mañana,

la blancura de una cana

me hace sentirme más viejo.

De la juventud me alejo,

me marcho sin entender,

y me angustio por saber

las causas de cada mal.

Cuando llegue a mi final

terminaré de aprender.

II

Estuve por fin feliz,

esperando por la musa

mientras despojé la tusa

de los granos del maíz.

En la vuelta a la raíz

de este pasado remoto,

cuánto más indago noto

que ando solo en este viaje,

repasando el equipaje

de un rompecabezas roto.

(18)

Ausencia

El sabor del caramelo,

que tanto añoré en la infancia,

era el amor, la elegancia

en la mano de mi abuelo.

Me queda este desconsuelo

del nieto que ya no soy,

buscando al abuelo voy

en un viaje hacia el ayer,

para volverlo a traer

hecho sueños donde estoy.

Búsqueda

Del almacén de las rimas,

busqué palabras de estreno

para nombrarte lo bueno

que ocultas allá, en las simas.

El amor no me lastimas,

porque el llanto con su sal,

supo curarme el fatal

desvarío de pasiones

y hallar en ti las razones

para alejarme del mal.

(19)

Antojo

El hueco de tu alcancía,

donde guardo mi moneda,

es esa hendija que queda ,

en medio de la alegría.

Mira que la geografía,

de tu cuerpo es un antojo,

que estando dentro me mojo,

con una humedad fecunda

y hasta el alma se me inunda

con el placer que recojo.

Romanzas

Cuatro letras tiene Roma,

las mismas que tiene amor,

ciudad de frío y calor,

con plazas, por donde asoma,

el vuelo de una paloma,

sobre un gigante redondo,

que oculta dentro, en lo hondo

la sangre de gladiadores,

las muertes con sus horrores

y el eco sordo del fondo.

(20)

II

Roma tuvo Emperadores

que el poder los desquició

y la gloria se esfumó

como escapan los olores.

Murieron los vencedores

de aquellos años de gloria

y en la piedra de la historia,

en cada esquina de Roma

la muerte, siempre se asoma

para escarbar la memoria.

Despedida

Como un pacto que se sella

en la muerte sin remedio,

nos cubre el duelo y el tedio

cuando se apaga una estrella.

De tal modo te vas Bella,

junto a Eliseo y tu hijo,

piezas de ese crucifijo

hecho de carne y amor

apagan el resplandor

con las sombras del cortijo.

(21)

Génesis

Mundo, misterio redondo

que nadie le encuentra el fin,

en galáctico trajín

vamos contigo hasta el fondo.

Con ese temor me escondo,

para evadir a la muerte,

no quiero llegar a verte

diluviando otra agonía

en temblor de astronomía

para volver a nacerte.

Suerte

Cada humano que te sueña,

quiere hacer verdad el sueño

como un quimérico empeño

si la riqueza lo preña.

Arde en su fragua la leña

de una agónica ilusión,

todo no es más que carbón,

eterno chisporreteo,

dónde antaño Prometeo

fundió el primer eslabón.

(22)

Ingratitud

Atado en un paredón

-dice la mitología-,

pasó la noche y el día,

colgado como un pendón.

Ni Zeus le dio el perdón

por darle al hombre la luz

y murió como Jesús,

despedazado en la muerte,

pero no tuvo la suerte

de revivir en la cruz.

Las trampas del cariño

El tiempo de otra eternidad,

que allá en la infancia dejé,

como espejo lo manché

al llegar la pubertad.

Con un temblor de ansiedad,

llegó el amor, me hizo un guiño,

sacó de mi pecho al niño,

puso a un hombre en su lugar,

que no hace más que tropezar

con las trampas del cariño.

(23)

Casa de sueños

Quisiera hacerme una casa,

un almacén del querer,

para poderme beber

el café servido en taza.

Sentarme y ver cuando pasa

la tarde, llena de aves,

buscar en las nubes claves

para un cuadro transparente

y pintarte en el poniente

atardecer donde cabes.

Petición

Dame el silencio del mundo

que lo voy a repartir,

para empezar a vivir

cada sueño que fecundo.

Sentir el rumor profundo

de un aletazo de pez,

poder calmar el estrés

unido a tu sexo en celo

y abrir las puertas del cielo

para que subas después.

(24)

Mulata

Multa de cintura bien torneada,

que te miro cuando pasas por mi lado

y me enciendes la mecha del pecado

con el brillo provocador de tu mirada.

Te añoro al no verte desandar la calle,

de estas aceras europeas y frías,

donde rubias de otros geografías

no tienen comparación como tu talle.

En sueños me traslado hasta tu orilla,

voluptuoso temblor de los abismos

y en la agonía confusa de espejismos

te moldeo en los sueños como arcilla.

Desfiles

Noche de modas, cócteles:

Modelos en pasarelas

plumas, telas, lentejuelas

desvelan a las Cibeles.

El desfile sobre rieles

es vano, soso oropel,

círculo de carrusel

para que la moda viaje

el rico se compre traje

y el pobre muera sin el.

(25)

El tiempo

Vengo de un tiempo pasado

que se me hace presente,

soñando un futuro ausente

sin haberme despertado.

No se que rumbo ha tomado,

¿dónde se encuentra el futuro?

Estoy ansioso, lo juro

buscando la claridad

pero la luz: brevedad,

me deja ciego en lo oscuro.

Lucas Buchillón

( A su memoria)

¿ Con qué afilado azadón

labraste en tu valle imberbe,

donde el verde que te hierve,

es savia en el corazón.?

Lucas, desde tu sillón,

con dos alas en las ruedas

volaste al monte, te enredas

reverdeciendo en el monte:
Así en tu verde horizonte

eternamente te quedas.

(26)

Cancerberos

Te voy a soltar los perros

que ladran en mi conciencia

no habrá conjuro, ni ciencia

contra los fieros gamberros.

Me libro de los encierros,

de las sombras, me hago luz:

con espada y arcabuz ,

hechos de fuego y de filo

para mantenerte en vilo

si te sueltas de la cruz.

Disquisiciones

El mar se bebe los ríos

y no aumenta su caudal,

el agua se vuelve sal

en los estanques sombríos.

En los inviernos más fríos

el mar se convierte en hielo

y en el constante desvelo

por el río y por el mar,

no hago más que zozobrar

entre la tierra y el cielo.

(27)

El hijo del aguacero

Tu eres mi puerto: la mar

yo el río de las montañas,

que penetro en tus entrañas

para hacerte fecundar.

En un ciclo secular

nuestra unión se hace vapor:

de las nubes en temblor

llega el hijo en aguacero

desbordándome el lindero

con el parto de tu amor.

El préstamo de Cupido

Se me abrió el escaparate

donde guardé mi locura:

no encuentro la cerradura

que cierre mi disparate.

Ando solo como orate

con esta locura a cuesta,

para encontrar la respuesta

del amor que se me ha ido

pedí consejo a Cupido

y me prestó una ballesta.

(28)

Beso

Cuánta luz, cuánto destello

te vi brotar por los ojos

como chispeantes cerrojos

bajo tu negro cabello.

Me quedaba sin resuello

viendo tu risa tan loca,

dibujo que me provoca

una invitación al beso

y del recuerdo regreso

por el beso de tu boca.

Desafío

Me escapo del calendario,

de los meses y los días

rompo las monotonías

del reloj y el uso horario.

Seré siempre un temerario,

sin tiempo como la urgencia,

lejos de toda frecuencia

en busca de lo imposible

para hallarme disponible

con la luz de mi conciencia.

(29)

Mar

Palpita, resuella el mar

contra la roca en la orilla,

la espuma se vuelve astilla

blanquísima hasta brillar.

En eterno batallar,

lleva y trae en cada oleaje

el misterioso mensaje

desde ese mundo marino:

comienzo y fin del camino

inicio del mestizaje.

Río

En el líquido tropel

que arrastra en su cause el río,

se va el pensamiento mío

hecho un barco de papel.

Papalote sin cordel

buscando playas remotas

y aleteos de gaviotas

con el lápiz de sus picos

se empeñan: hacen añicos

estas ilusiones rotas.

(30)

La tarde y la noche

El horizonte se traga

los destellos de los rayos,

el sol, fenece en desmayos,

porque la tarde se apaga.

La noche: oscura maga,

hace una capa de amianto

y la magia se hace encanto

cuando aparece la luna

y el cielo, techo, fortuna

borda estrellas en su manto.

La rima

Quiero anudarme la rima

a la cintura, cual cinto

y ver de qué modo pinto

el verso que me lastima

Aunque el alma se me oprima

sigo el juego, en esta ida

cicatriz de oculta herida

de este dominó sin fichas

buscando frases bien dichas

para ganar la partida.

(31)

Otra vez el aguacero

Mirando caer la lluvia

hecha caudal en las tejas,

el óxido de las rejas

me tiñe la infancia rubia.

Escarba la fina gubia,

Buscando otro derrotero:

La memoria, sin lindero

se va conmigo a buscarte

y me llueve en otra parte

la angustia de un aguacero.

El perro

Ladra a los sombras el perro,

enseña colmillos blancos

erguido en sus cuatro flancos

oteando el aire del Cerro.

Desde el patio de su encierro,

gruñe su rabia canina

y en monótona rutina

se acuesta luego a dormir

porque no puede decir

que hay olor a perra ruina.

(32)

La rima

Quiero ceñirle la rima

a la cintura del verso:

para ver cómo lo terso

en la fragua con la lima.

Octosílabos de cima,

sin que le sobre o le falte

para que a la vista salte

como abrazos en uniones:

Cadena con eslabones

de sonorísimo esmalte.

Punto de vista

Para mi las calles son

guardarrayas con asfalto,

y cada edificio alto:

las montañas de hormigón.

No es que invierta la razón

o el cable de la corriente,

donde misteriosamente

puedo ver en las pantallas

los ríos, pueblos y playas

pobladas siempre de gente.

(33)

El fuego de la maldad

Que triste y que vano empeño

del que ambiciona riqueza

que manda a colgar cabeza

porque así logra su sueño.

No sabe que nadie es dueño

del destino de otros ser

y la palabra poder

la emplean en sus antojos

y quieren cerrar los ojos

del hombre que quiere ver.

El lenguaje

El lenguaje, no es la moda

que cambia en las estaciones.,

se enriquece en expresiones

que el habla le pone y poda.

El léxico le acomoda

los giros que da en el viaje

y el diccionario equipaje

va guardando la escritura

de una abierta cerradura

en donde habita el lenguaje.

(34)

Rapto

Carlos Enrique, luz, rayo

en un rapto de cordura

dejó presa en la pintura

las mulatas a caballo,

insinuación al desmayo:

hechas de cobre la piel,

los senos, panal de miel

invitación a la boca

y toda la vista es poca

para ver el cuadro aquel.

El otro rapto

Nelson Domínguez, pintó

a un sátiro en su faena

seduciendo a una sirena

que en la playa se durmió.

Ella de ingenua perdió

la virginidad en el mar

y no se puso a llorar

porque ahora que lo pienso,

no quiso mojar el lienzo

donde se dejó pintar.

(35)

Esperando la respuesta

El mundo se me desgaja,

sin verde se queda el mundo

se fracciona en un segundo,

como un cristal se me raja.

¿Quién detiene, quien ataja

el deterioro del clima,

los desiertos, esa lima

que hace estéril a la tierra,

el fuego, el hambre, la guerra

que a la muerte nos arrima?

II

Debiera ocuparse más

El Papa en el Vaticano

y sin la cruz en la mano

pedirle al imperio paz.

Desprenderle el antifaz

que le cubre el rostro al clero:

unirse al pobre, al obrero,

sin rezos ni crucifijos,

darle alimento a los hijos

hambrientos del mundo entero.

(36)

Volcán

Allá en el fondo del mar

duerme un sueño en lo profundo,

la rabia que tiene el mundo

hirviendo para matar.

Cuando empieza a bostezar

el mar se hace maremoto

y de un pasado remoto

se sacude de su peso

en prolongado bostezo

de fuego en el cráter roto.

Caminante

Dice el refrán que no deje

los trillos por la vereda,

porque la senda se enreda

con los bejucos que teje.

Yo prefiero, aunque me aleje

dejar los trillos trillados,

buscar en montes cerrados

nuevos olores y trinos,

que luego serán caminos

de peregrinos cansados.

(37)

El pavo real

Tornasolado abanico

vitral vibrando en la tarde,

espejismo que me arde

en el recuerdo de chico.

Calidoscopio hecho añico

en el ruedo del amor:

Azul, morado verdor.

corteja a ceniza pava

y con su brillo la lava

cuando la cubre en temblor.

Marinero de mi barco

Se desata el temporal

y asomado en la ventana

miro comos se desgrana

la tierra en el lodazal.

La furia del vendaval

me remolina la sien,

voy pasajero en mi tren,

mustio, solitario, parco

marinero de mi barco

buscando un puerto, un andén.

(38)

En el pubis de tu monte

No voy a decir que callo,

pues el silencio me deja

libarte como la abeja

en los rosales de mayo.

La lluvia la anuncia el rayo:

latigazo de ansiedad,

bostezo de tempestad

desdibuja el horizonte

y en el pubis de tu monte

me nace la eternidad.

El paisaje

Olores que el aire niega

pero yo guardo ese olor

condimento del amor

nostálgico que me llega.

Todo el verde de la vega

de aquel paisaje cambió

porque el tiempo mutiló

árboles, casas, paradas,

el resplandor, las miradas:

Solo mi amor no borró.

(39)

Futbolistas

¿Si por patear un balón

se hace a un hombre millonario,

resolvemos el calvario

de muerte y desnutrición:

Pero esta contradicción

¿de millonario pateando?

¿sin nadie más trabajando?

Habrá que hacer gol en Marte,

para ver si en esa parte

nos dejan comer jugando.

Alza de precios

Alza de precios en los pisos

insostenible en Madrid.

Dicen que hasta el propio Cid

lleno de asombros castizos

sacudió sus pelos rizos,

despojándose un conjuro

pues fue a pagar con un duro

lo que cien euros costaba

y se quedó en la posada

petrificado en el muro.

(40)

De tronos reales

Llevo tiempo meditando

¿Cuándo termina esta casta,

de esa familia que gasta

en viajes giro vagando

joyas y trajes comprando

por ser familia real?

Mira si España anda mal

que sigue con reina y rey,

con herederos de ley

disfrutando el Escorial.

II

Cuánta ironía, que ultraje

esto de familia real

como una estirpe viral

restregándonos linaje.

Tal parece que un vendaje

nos privara la visión,

la cordura y la razón

para hacernos irreales

tarados y subnormales

súbditos de una ilusión.

(41)

III

No sabe ningún mortal

cuánto dinero se paga

para que la ralea haga

su vida en el Escorial.

Son gastos de un carnaval,

interminable, ¡que hazaña!,

que al pueblo el bolsillo araña

para pagar el reinado

con infantas por un lado

y más principes en España.

IV

Nadie me va a convencer

ni viviendo en las antillas

que los reyes en sus sillas

nacen con ese poder.

¡Pamplinas, hostias, joder!

¿Reinado en tiempos modernos?

¿Toros de lidia sin cuernos?

¿Qué farsa tan descocada?

Y ya, no digo más nada,

si los ricos son tan tiernos…

(42)

Rumbeando

El yambú no se vacuna

el guaguancó si lo hace

con un erótico pase,

no deja duda ninguna.

El baile, goce, fortuna,

destreza en los movimientos,

marcan los pies con acentos

un ritmo de maravilla

para que la jiribilla

se mueva con otros vientos.

Caballito de la mar

En el potrero del mar

hay caballos y corales

bañándose con las sales

para salir a pasear.

¿Me convidas a montar?

-Le dice un niño a un caballo-

y en menos que canta un gallo

sueña que va de jinete

sin espuelas y sin fuete

veloz como luz de rayo.

(43)

La jungla

La selva con su espesura

le da abrigo a los orichas

y las leyendas no dichas

se hacen voz en la pintura.

Misterios de la negrura,

mitos, enigmas del monte:

distancia sin horizonte

para una jungla ¿de asfalto?

la Nganga sube a lo alto

viajando de polizonte.

Zaida del Río

Como en el aire posado

así te liba un zun zun

y lleva en el pico aún

el polen que le has pintado.

De tu pincel han volado

las aves de tu niñez:

diminuta pequeñez

hecha grande en la pintura

donde el misterio perdura

entre colores… tal vez.

(44)

Los gallos

En eterna madrugada

cantan tus gallos Mariano,

por el pincel de tu mano

como una espuela afilada.

Fino pico, cola halada:

temblores de las yagrumas

en acuarelas sin brumas,

saltan al ruedo tus gallos

como flechazos de rayos

iridiscentes las plumas.

Roberto Fabelo

Con peces en la cabeza,

caracoles en el pelo

llena su jarro Fabelo

en miniatura destreza.

La sirena es la belleza

que con su cola tal vez

no le hacen falta los pies

para invitarte a pasear

en el plato hecha manjar:

delirio de exquisitez.

(45)

Floras

Florece Portocarrero

hecho jardín en el pelo

como un botánico anhelo

escapado del tintero.

Óleo, mujer solo quiero:

rostros, sueños y floresta,

acuarelas hecha fiesta

por las manos de René.

cada mujer se le fue

con la primavera acuesta.

Servando Cabrera

Con qué serena plumilla

hiciste ese trazo bello:

La elegancia desde el cuello,

en viaje hasta la mejilla.

Las flores en redecilla

miran con celo a los ojos:

almendras de los antojos

en cofre de las pestañas.

Mitades de las castañas

brillosa en los labios rojos.

(46)

Manuel Mendive

Has atrapado en el lienzo,

en la piedra y el metal

Agua, Hombres, Pavo Real,

y los Peces del comienzo.

Sutil humo del incienso

de los ritos del panteón

Los esclavos, ahora son

sufrimientos hechos arte,

y aún te escarba en otra parte

El pavo en tu corazón.

Kcho, soñando los barcos…

Nuestra Isla va de viaje

Kcho la puso a remar

hecha un barco por su mar,

con remos rompiendo oleaje.

En transparente ramaje

con los trazos del carbón

vuela su imaginación

del astillero taller

para que le puedan ver

las velas al corazón.

(47)

Gitana Tropical

Es el cuadro la ventana

donde el artista soñó

y el blanco lienzo pintó

con un rostro de Gitana.

Desde una Francia lejana

quizo curarse del mal,

y sin estola ni chándal

atrapó Victor Manuel,

con la gracia del pincel

su Gitana tropical.

Pogolotti

La fragua, el humo, el taller

el obrero en su misión

Pogolotti en su visión

pintado lo dejó ver.

Todo puede parecer

una predicción fatal

donde se fragua el metal

y no hay nada que decir

porque no puede escribir

su angustia El intelectual.

(48)

Amelia Peláez

El lienzo se hace mantel

para servirnos la cena

con frutas de la alacena

retocadas con pincel.

Vitrales del sardinel

filtran la luz desde el mar

por donde suele asomar

el trópico y sus colores

con los búcaros y flores

invitándonos a entrar.

Donde habita el amor

Deshojando margaritas

como un triste soñador

los pétalos de mi amor

ni con tu olvido marchitas.

Resucitan en mis cuitas,

viven conmigo en la mente

por ese invisible puente

donde viajo hasta tu encuentro

justo ardiéndome en el centro

del pecho tu amor ausente.

(49)

Mi abuela, la que tejía

En la mano una agujeta

desde el hilo de un ovillo

con espejuelos sin brillo

tejía mi abuela quieta.

Con cada puntada aprieta

mi cordura con el hilo,

me hace más dócil, tranquilo

ella tejiendo manteles

yo soñando redondeles

extasiado, casi en vilo.

Primas

Tijeras, corte, costura…

mis primas se hacen mujeres,

entre las telas y enseres

le dan forma a la hermosura.

El horizonte en su anchura

para ellas se hizo estrecho

el amor creció en el pecho

como primavera en flor

taburete, noviazgo, amor

volaron buscando techo.

(50)

Levito con mis abuelas

Gotea en mis pies sin suelas

el agua que cae del jarro

y del recuerdo me agarro

en este barco sin velas.

Evoco a mis dos abuelas

con pañuelos anudados,

de sus tesoros guardados

por las puntas de un pañuelo

y con la magia del vuelo

levito hasta sus bordados.

Adorno

Un almanaque de adorno

en un paral del testero,

me desbordaba el lindero

de la casa y el entorno.

Una rubia medio porno,

bebiendo cerveza Hatuey

con labios color mamey

me invita con la copa

a la desnudes sin ropa

como ramera de ley.

(51)

La novia en la pared

La mujer del calendario

fue mi novia en la pared,

donde calmaba la sed

de mi amor imaginario.

Todos en el vecindario,

soñamos sueños de amantes

buscando amores galantes,

provocativos en fotos

para luego terminar rotos

esos romances distantes.

De sueños y pesadillas

Hoy me desperté sonriendo

pues soñando me reía

que solo el mundo tenía

las cosas que estaba viendo.

Al despertarme comprendo

como dijo Calderón,

que los sueños, sueños son,

y la vida es más compleja:

Lo que no escucha la oreja,

no lo sufre el corazón.

(52)

Meditaciones

Me puse a pensar un rato

al derecho y al revés,

queriendo hallarle tal vez

las cuatro patas al gato.

Cambia el color el lagarto,

Nada es verdad ni mentira.

La tierra se mueve, gira,

rota su capa de ozono

mirando al cielo razono:

¿Por cuál hueco Dios nos mira?

II

¿Es el diablo el que bosteza

por el agujero abierto.?

Soñándolo me despierto

con dolor en la cabeza.

Gime la naturaleza

su catastrófica suerte

porque la escoria que vierte

el desarrollo en su paso

nos va acercando al ocaso

en donde acecha la muerte.

(53)

III

Ya sé que no está en el cielo

porque mi razón se adiestra

con la ciencia que demuestra

las verdades desde el suelo.

Pero la iglesia en su duelo

siembra la fe con su rezo

para mantenernos preso

en la celda de la mente

a un Dios invisible, ausente

creador del universo.

Preguntas para mañana

El hielo se ha reducido

los árticos se derriten

y los pingüinos no existen

ya son partes del olvido.

¿Por qué galaxia se han ido

las bondades de la tierra.?

Los arroyos de la sierra,

los lagos, las primaveras,

tus piernas, y tus caderas

y las glorias de la guerra.

(54)

Volver a nacer

Quiero volver a nacer

andar el mismo camino

para enseñarle al destino

que ya no soy el de ayer.

Nada me va a sorprender,

ni las trampas de tus ojos

podrán ponerle cerrojos

a mi amor de juventud,

ni esta serena quietud

tendrá reposo de antojos.

Te vislumbro

Yo, naufrago solitario

buscando ansioso tu playa

donde mi mirada encalla

en los ojos de tu acuario.

¡Cofre de mi escapulario,

refugio de este volver!

Te vislumbro, isla mujer,

con el puerto en tus caderas

donde encuentro primaveras

para volverme a nacer.

(55)

Reyes magos

El soñar la fantasía

hecha regalo de mago

era un sacrificio pago

cuándo mi padre podía.

Pero entonces maldecía

al camello, a Baltasar,

mi hermano se echa a llorar

despierto ya en la mañana,

mirando la palangana

con el agua sin tomar.

II

No sabía de pesebres

ni de Reyes, ni camellos

pero soñaba con ellos

en un letargo de fiebres.

¿A dónde fueron las liebres

que quise atrapar cazando?

¿Dónde me quedé jugando

con juguetes que no tuve

para armar con cada nube

las cosas que iba soñando?.

(56)

Nuevas formas decimales

[a1] Nuevos sabios, eruditos

quieren imponer sus pautas,

para que suenen sus flautas

otras notas con los pitos.

Para mi serán sofritos

confundiendo el paladar.

¿Nuevos estilos armar

para jugar con la rima?

Estructura que da grima

si la empiezo a deletrear.

II

Pienso que nada le aporte

cambiarle al verso la horma

para que la nueva forma

le dé prestancia en el porte.

Así que buscando un norte

de formas, en nuevo estilo,

quieren bordar con un hilo

una espinela especial,

vender sin hoja el tamal

y pedirle vuelto a un kilo.

-57-

Payaso

Yo soñaba ser payaso

hacer reír cada niño

y en un puente de cariño

enlazarlo con mi abrazo.

La vida, por otro paso

me llevó a la poesía

y padezco esta agonía

donde la risa se pierde,

en la primavera verde

que marchitó la sequía.

Què cosas puedo ofrecerte,

si el amor se me marchita

Mitologiando

A Mausolo, hecho ceniza

su mujer se lo bebió

y la acción créalo o no

la llevó a cabo Artemisa,

que así, sin pausa, ni prisa

quiso beberse al esposo

y de aquel trago terroso,

ya convertida en la diosa

siguió sentada en la osa,

satisfecha por el gozo.

Prometeo encadenado

en lo alto de la roca,

no quiso ni abrir la boca,

soportando resignado

que un pintor empecinado

pintara cada detalle:

el aire calmo del valle

donde el águila se mece

saboreando tal parece

el hígado de su talle.

Júpiter o Poseidón,

con tridente bajo el mar

es capaz de soportar

sin snoquel ni aqualón.

Baco, Dionisio o del Vino

El dios de la borrachera

Se pasa la vida entera

Queriendo beberse el tino.

El sabe que ese camino


[a1]Los nuevos poetas posmodernista, que pretenden rimar palabras de carácter técnico que nada tiene que ver con la poesía.

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